BLOG BILINGUE

OYE TU, SABÉS DONDE ESTÁ EL PARKINSON?

sábado, mayo 03, 2014

LO QUE TENGAS QUE HACER, ..¡HAZLO YÁ!

La frase que usé para este trabajo, aparece en el Nuevo Testamento,(con distintas palabras dependiendo de la versión), y corresponde a un famoso diálogo en la última Cena, entre  Jesús y Judas, el discípulo que ha sido más velipendiado a lo largo de la historia. Por su traición, por su actitud frente a los otros discípulos, por su descaro y hasta envidia por su Maestro.
Cuantas veces han aparecido en nuestras vidas pequeños y grandes Judas, pero ni las redes sociales ha sido capaces de mantener en el tiempo la dureza, con que el mundo cristiano ha perseverado en destacarlas casi, y esto es fuerte, como el antiejemplo de lo más malo de una persona.
¿Porqué nos resistimos a perdonarlo? Tan grave fue su proceder  que, siendo justos, fue engañado para que delatar con el escondite del Maestro, porque lo convencieron que no lo iban a entregar a los Romanos. También prueba su fulminante desazón, hasta el extremo de suicidarse por sentirse traidor y culpable delator de su Maestro. Lástima para él, pero su sacrificio ha sido ninguneado por siglos y siglos.
Entonces, ¿Cuántos Judas andan dando vuelta por ahí? ¿ Cuántos Judas conviven en el interior de nuestras vidas? Y porqué por un lado Aquel sufre el desprecio permanente, mientras que los nuevos Judas aparecen y desaparecen, hacen de las suyas, y no sólo no son condenados, muchos son admirados
¿Qué fue lo tan malo que Judas hizo, si el relato Bíblico, se indica que Dios ya había decidido "abandonar" a su Hijo? Son preguntas, que a nadie le interesan; ya que se corre el riesgo de colegir que la hipocresía, la mentira, la falsedad, la mediocridad, la envidia, y tantos otros antivalores, forman parte de nuestras vidas, A Pesar de la Vida que Jesús  se supone  que nos dejó. Peor aún, muchos actúan desde esos antivalores, siempre, siempre. Aunque la generalidad de nosotros actuamos normalmente desde esos antivalores, integrados en nuestras vidas desde siempre y para siempre. A pesar de la Vida pura y clara que tenemos regalada, disponible, en todo lugar, momento y espacio.
Les propongo que juntos perdonemos de una vez por todas a Judas, o ¿es que  será pecado hacerlo? Si Jesús nos invita a perdonar, a hacerlo matemáticamente -7 veces 7 -, entonces eso nos faculta  a perdonar a Judas. El que perdona no sólo se limpia, también limpia a los demás. El que perdona no sólo renace, también se reinventa, para dar con mayor transparencia, mayor humildad, mayor humanismo. Y ahí dejaremos de  decir A Pesar de la Vida, sino que diremos A Pesar que no hemos Perdonado , pero seguiremos perdonando, sanando, ofreciéndonos a los demás.
Eso.