LA INQUIETUD DE ESTAR QUIETO

Mucho se ha dicho y escrito sobre rehabiltación para quienes tienen transtornos del movimiento.
Lo que escribiré en la spróximas líneas no tiene nada de novedoso ni de inédito. Sólo escribo porque con ello me rehabilito. Al menos me quita inquietud y me aporta quietud.
En estos años parkisionionos, mi vida anunque con dificultad, fue cambiendo -convergiendo- hacia algo distinto, para mi desafiante, y era el conocido estado de ánimo que te impulsa a interpelarte con el tradicional "Y AHORA QUË".
Si, Ahora, que diablos significa "ahora". Ahora es en este momento, en este milisegundo, o ahora es el comienzo "despues" del ahora, restart, administrar el ahora hasta que se nos caiga el ahora de tanto eternizarlo.
Y rapidamente me convencí que lo que estaba mal era precisamente usar esa frace tan d emacho, tan arrogante y tan debil c omo es "y ahora qué".
Nada. no pasa nada. no es lo gravitante, menos lo escencial.
El parkinson tiene vida propia, pero está sometido a los designios nuestros. Hay entonces que partir por señalar que el Parkinson es un "subordinado"; no puede hacer nada si no se lo permitimos. ESta e snuestra primera conclusión: tenemos a un subordinadao, qu eel muy patudo se fue a vivir con noostros, no nos deja ni a sol ni a sombra, pero es eso, repito, un dependiente de nosotros.
Entonces porqué tanta inquietud? no ven que esa inquitud tanbién la comparte este súbdito? y si al revés, somos felices, tranquilos, quietos, no será él también igual?
Corolario A) No vayamos por la vida desprestigiando a este subordinado, seamos felices como sabemos que somos; seamos quietos, porque podemos, compartamos y expresemos nuestros sentimientos, salgamos al mundo contentos por la vida, conesa sonrisa que patentó el Padre Hurtado, que nada c uesta darla, y hace también al que la recibe.
(continuará)