¿SEMANA? SANTA: LA HUMANIDAD DE JESUS
En Semana Santa el mundo cristiano recuerda la Pasión de Jesuscristo. Son los hechos que van desde que Jesús entra victorioso a Jerusalen hasta que resucita.
La Iglesia Católica, en la cual milito junto con mi familia, celebra la Semana Santa, que se reduce a Viernes y Sábado. El viernes se recuerda toda la Pasión y el Sábado culmina con la fiesta del Gloria que es la celebración de la Resurrección.
La Resurrección es el fundamento único de la Fe cristiana. Jesús es crucificado, muere, y luego resucita, y con ello da prueba de su Divinidad.
Podemos imaginarnos la vida de Jesus esa semana que hemos descrito: gran alegría cuando es recibido por su pueblo; incertidumbre al percibir que es buscado para acusarlo de insurrecto y rebelde. Declarado peligroso para el orden judío. Después desazón por la traición por delato. Dolor del alma porque sus amigos lo desconocen al ser capturado. Incertidumbre por su destino inmediato mientras está en cautiverio. Dolor físico por las torturas de sus captores.
Imaginemos por un momento cuando El está cautivo. Imaginemos lo que siente; sus heridas, infectándose; sin comida; sin agua; solo, completamente solo. Humillado, reducido a lo mínimo. Sin poder pedir ayuda. Imaginemos que está de noche, que llueve; que el lugar donde está es húmedo; hace frío; hay un viento helado que penetra a través de sus llagas; tiene fracturas en uno de sus pies; también en sus costillas; le cuesta moverse; el lugar apesta; sus manos están congeladas... etc.
Quedémonos por un instante con ese cuadro. ¿Qué sentimos? Esa es una compañía de Jesús que es necesaria: compartir con El su humanidad, sus angustias, desvelos, desazón, desilusión, malestar y miedo. Conceptos que también están presentes hoy. ¿qué haríamos si a algunos de nosotros le pasara algo similar? ¿como actuaríamos? ¿lo abandonaríamos?
La sociedad actual nos ofrece un individualismo atroz, el mismo que sufrió Jesús. El verdadero sentido de celebrar la semana (de dos días) santa sería despertar en nuestros corazones que si bien esta sociedad merece ser vivida, debe hacerse más desde nuestros corazones que de la razón. Que el sufrimeinto nos conmueva de verdad, no sólo dejando de comer carne el viernes, no sólo asistiendo a retiros y actividades de Iglesia: la verdadera semana santa a la que nos llama ese Jesús desde su sufrimiento es a humanizarnos de verdad viendo al otro como tu hermano, y si sufre, ayudarlo sin desconocerlo, sin traicionarlo, curando sus heridas, protegiendolo, amándolo.
Sólo así, Jesucristo, sentirá que su sufrimiento no fué en vano. Esa es la verdadera lección de humanidad que nos dejó.
Eso.
La Iglesia Católica, en la cual milito junto con mi familia, celebra la Semana Santa, que se reduce a Viernes y Sábado. El viernes se recuerda toda la Pasión y el Sábado culmina con la fiesta del Gloria que es la celebración de la Resurrección.
La Resurrección es el fundamento único de la Fe cristiana. Jesús es crucificado, muere, y luego resucita, y con ello da prueba de su Divinidad.
Podemos imaginarnos la vida de Jesus esa semana que hemos descrito: gran alegría cuando es recibido por su pueblo; incertidumbre al percibir que es buscado para acusarlo de insurrecto y rebelde. Declarado peligroso para el orden judío. Después desazón por la traición por delato. Dolor del alma porque sus amigos lo desconocen al ser capturado. Incertidumbre por su destino inmediato mientras está en cautiverio. Dolor físico por las torturas de sus captores.
Imaginemos por un momento cuando El está cautivo. Imaginemos lo que siente; sus heridas, infectándose; sin comida; sin agua; solo, completamente solo. Humillado, reducido a lo mínimo. Sin poder pedir ayuda. Imaginemos que está de noche, que llueve; que el lugar donde está es húmedo; hace frío; hay un viento helado que penetra a través de sus llagas; tiene fracturas en uno de sus pies; también en sus costillas; le cuesta moverse; el lugar apesta; sus manos están congeladas... etc.
Quedémonos por un instante con ese cuadro. ¿Qué sentimos? Esa es una compañía de Jesús que es necesaria: compartir con El su humanidad, sus angustias, desvelos, desazón, desilusión, malestar y miedo. Conceptos que también están presentes hoy. ¿qué haríamos si a algunos de nosotros le pasara algo similar? ¿como actuaríamos? ¿lo abandonaríamos?
La sociedad actual nos ofrece un individualismo atroz, el mismo que sufrió Jesús. El verdadero sentido de celebrar la semana (de dos días) santa sería despertar en nuestros corazones que si bien esta sociedad merece ser vivida, debe hacerse más desde nuestros corazones que de la razón. Que el sufrimeinto nos conmueva de verdad, no sólo dejando de comer carne el viernes, no sólo asistiendo a retiros y actividades de Iglesia: la verdadera semana santa a la que nos llama ese Jesús desde su sufrimiento es a humanizarnos de verdad viendo al otro como tu hermano, y si sufre, ayudarlo sin desconocerlo, sin traicionarlo, curando sus heridas, protegiendolo, amándolo.
Sólo así, Jesucristo, sentirá que su sufrimiento no fué en vano. Esa es la verdadera lección de humanidad que nos dejó.
Eso.
posted by Sergio Contreras Varas @ 5:33 p. m.
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